sabato 4 maggio 2019

MMAC 03/09








En los procesos que  establece   pintar, he comprendido  que   se    juega   una   especie de memoria,   además de  la  relacionada  a   la  tradición,   lo  está   al establecerse el   dialogo dual permanente entre  miradas,  la  que   se realiza hacia el modelo  y la   que   se  hace  hacia   la   pintura.
Cuando  me enfrento al lienzo  en   blanco no está del todo vacío   sino está contenido,  lleno, de clichés,   conceptos, informaciones, que  debo  depurar.  Mi intento  y    acierto en    estas    pinturas   ha sido   buscar   en  la  memoria corporal. Mi mano  adiestrada,  después de   años  de práctica, en    conjunción  con el estudio constante  de   la   mimesis o  emulación  de   la figura  humana me ha  llevado a  querer  explorar  emancipándome  del referente en  función de  crear  una propia  corporalidad  partiendo de   mi  propio  cuerpo.  Me   noto   en   este  proceso,  simulando  las  posturas  y  gestos  que he  de  pintar  para  entenderlas y poder  así  transmitirlas  al lienzo.  Mucho parte del  dibujo, las  atmósferas se  generan   con el   pigmento,   observando  cómo   fluctúan sorbe la  superficie, ajustando o  anulando las relaciones dinámicas   que   se  establecen.  Los    colores  establecen el  ambiente,  son  la melodía y   esta   casi   siempre  es  sombría  y melancólica  como el  ritmo  de  mi propio cuerpo al pintar.

MuCic








Judith, óleos obre madera, 90cmx120cm, 2017


Autorretrato en habitación, óleo  sobre tela, 32cmx22cm, 2017



El abrazo, óleo sobre tela, 80cmx100cm, 2018

Giagios, óleo sobre papel, 22cmx32cm,  2018

luz de la mañana, óleo sobre papel, 30cmx25cm, 2017


Monogamia, óleo sobre papel, 32.5cmx25cm, 2016

Tarde en casa, óleo sobre papel, 30cmx45cm, 2017



Autorretrato, óleo sobre papel, 40cmx30cm, 2010




giovedì 24 giugno 2010

ÉPOCA DE BRUMA


El recuerdo puede despertar algo más que la mera conciencia de un dato, puede hacer presente un mundo dotado de un “aura” perceptible de la que no se fue consciente o que simplemente no existía en el momento del acontecimiento. El recuerdo posee la misteriosa capacidad de hacer presente el mundo del alma en una medida muy superior a la del acontecimiento original. El recuerdo nos ofrece así una realidad nueva, acrecentada, de la que sólo tuvimos, si acaso, una sospecha en el pasado; nos devuelve un acontecimiento al que el tiempo ha podido dar un incremento de sentido. El pasado se nos devuelve, en el recuerdo, con imágenes reconstruidas impregnadas de bruma como un viejo baúl impregnado de polvo.

Marcel Proust

Constelaciones, óleo sobre tela, 80x200cm, 2009

Martina, óleo sobre tela, 90x110cm, 2007

Calle azul,  óleo sobre tela, 50x70cm, 2006

Crisis, óleo sobre tela, 90x110cm, 2008

Desastre, óleo sobre tela, 100x120cm, 2007

Autorretrato, óleo sobre tela, 25x35cm 2006

Retratos en un bar,  óleo sobre tela, 80x100cm, 2007

Amarillo, óleo sobre tela, ,20x30cm, 2006




Aliado, óleo sobre tela, 40x50cm, 2010


Despedida, óleo sobre madera, 40x60cm, 2010


Esbozo de un yo, óleo sobre madera, 65x45cm, 2011


Paisaje desde mi ventana en Italia, óleo sobre madera,  60x45cm, 2009


Hombre ruso, óleo sobre tela, 40x40cm, 2009

“Época de Bruma” surge por necesidad de plasmar vivencias y experiencias pasadas a través de imágenes impregnadas de esa sensación del paso del tiempo; la nostalgia de lo que un recuerdo deja en imagen, ese desaparecer y perderse en escenas incompletas que a la vez brillan rodeadas de un aura: la luz del atardecer, de la despedida, de lo que pasa y acaba. Me interesan los recuerdos en imágenes porque para mi el recuerdo además de traer una carga emocional, la mayoría de las veces nostálgica, tiene la característica de ser difuso e impreciso, y que conforme se reconstruye se define y se desvanece simultáneamente, es la bruma del tiempo sobre la memoria, intentando definirse entre entornos, objetos, rostros, paisajes…, y la pintura y el dibujo son el medio idóneo que me permiten experimentar; para dar forma y materializar lo intangible.